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sábado, 13 de junio de 2015

Decálogo del yogui

1-      Si buscas Paz yendo a clase y te molesta el ruido de las bocinas de la calle, empezá a encontrarla justo ahí.

2-      El Yoga no es una disciplina de alto rendimiento. Si pensás que es necesario tener la flexibilidad de una gimnasta rusa, tal vez te convenga más ir al gimnasio.

3-      En las posturas de Yoga buscamos estabilidad y comodidad, para que la sensación de equilibrio físico repercuta en lo mental y emocional. Las correcciones del instructor tienen ese fin. Su pregunta no molesta.

4-      Da igual si comés carne, verdurita o evitás los venenos blancos. El profesor no tiene rayos X, sólo ve una persona.

5-      No es necesario entender al detalle ninguno de los procesos musculares, respiratorios o biomecánicos. Hay que descubrirlos con el cuerpo.

6-      Criticar al compañero del mat de al lado por su inoperancia al hacer una postura o compararte con el que logra “la postura de la foto”, divide tu atención. Evitá juzgar o juzgarte.

7-      No hace falta que te conviertas ideológicamente para practicar Yoga. No te compres otro paquete. Sobran fanáticos y hacen falta apasionados. Elegir con libertad lo que nos sirve y aplicarlo en la práctica, es más vital.

8-      La primera no-violencia es con uno mismo. Escuchá a tu cuerpo, escuchá lo que sentís, escuchá lo que decís. En suma, reconocete en tu individualidad. No rechaces nada de lo que sos, ni lo cambies por una idea ajena. El cambio es natural en la vida. Evitarlo es violento.

9-      Cada ásana propone diferentes experiencias espacio-temporales. En lenguaje de Castaneda: una nueva posición del punto de encaje. Nuestra percepción cambia si estamos cabeza abajo o culo p’arriba. Si tu estado físico está disponible para un ásana nuevo, aceptá el desafío.

10-  Y por último, lo fundamental: ¡no te olvides de respirar!


Silvina Giannotta- Copyright 2015

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